En la década de 1920 se terminaba el barrio de viviendas para empleados industriales Cité Frugès en Pessac, Francia. Uno de los actuales 17 sitios de Le Corbusier catalogado como patrimonio de la UNESCO.
H. Frugés, un industrial altruista de Burdeos, nos dijo: "Voy a permitir realizar tus teorías en la práctica, hasta sus consecuencias más extremas - Pessac debería ser un laboratorio. En resumen: le pido plantear el problema de un plan de viviendas, de encontrar un método de estandarización, para hacer uso de las paredes, pisos y techos conforme a los requisitos más rigurosos de rigidez y de eficiencia guiando los verdaderos métodos de producción en masa tipo taylor mediante el uso de las máquinas que te autorizaré a comprar ".
- Extracto de Le Corbusier, Oeuvre complète, volumen 1, 1910-1929.
Dejando de lado la puesta en práctica de los famosos cinco puntos esenciales postulados por el autor (planta libre, pilotis, terraza-jardín, ventana corrida, fachada libre) y una modulación que permitió un gran diversidad de tipologías, hay lecciones que escapan de la casa individual y que nos interesan: la importancia de la proximidad y la importancia de las alteraciones.
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Sobre la importancia de la proximidad
Desde un principio la elección del lugar no parece responder únicamente a la cercanía de las fábricas de azúcar donde iban a trabajar los habitantes del barrio, que hasta el momento no contaban con vehículos propios aunque ya las viviendas preveían un espacio para estacionarlos. Las ideas de Ebenezer Howard sobre las ciudades jardín diseñadas para una vida saludable y laboral se encontraban ya disponibles desde 1902, y la búsqueda de un paisaje natural que admitiera la posibilidad de cultivar, priorizando el acceso a alimentos, parecía una preocupación latente a efectos de la primera guerra mundial. Hasta el día de hoy, huertas se ven al costado de las casas.
Al mismo tiempo, no es casualidad que el barrio se encuentre a pocos metros de las líneas de ferrocarril que recorren cercanos hospitales y parques, terminando en la Estación de Burdeos-San Juan, un histórico edificio de 1898 que ofrece importantes y numerosas conexiones tanto con el centro de Burdeos como especialmente con el centro y el sur de Francia y con España.
Sobre la importancia de las alteraciones:
Cuando el arquitecto francés Philippe Boudon entrevistó en la década de los setenta a los habitantes de la Cité Frugès y documentó todas las alteraciones que luego fueron publicadas en el libro Lived-in Architecture, Le Corbusier's Pessac Revisited, quedo en evidencia la famosa frase de Le Corbusier:
Es la vida quien tiene razón y el arquitecto el que está equivocado.
La original policromía, las experimentaciones con los colores verde, rojizos y celestes, se mantienen en algunos casos junto a otras blancas completamente irreconocibles, transformadas, o abandonadas.
"Varias divisiones de los espacios interiores para formar nuevas habitaciones, ventanas horizontales eliminadas para crear ventanas cuadradas más pequeñas, terrazas tapadas con cubiertas inclinadas y garajes eliminados" se pueden observar en un recorrido por la zona de la arquitecta Helena Ariza, y nos recuerda la importancia de acompañar la planificación de los mantenimientos futuros y la previsión de las modificaciones en la vivienda social.
- Fotografías cortesía de Filippo Poli.